martes, 16 de abril de 2024

Las Etiquetas de Cyntia Débora Díaz

 


Hace tiempo estuve tres meses ingresada en el “Hotel Martorell”. Tenía mucho estrés, mucha pena, y mucha angustia. Por suerte a cabo de poco me hice amiga con una mujer jugando a ping pon; lo jugamos con nuestras chanclas porque las raquetas estaban destrozadas. El compañerismo es muy importante y también buscar momentos de diversión dentro. Al salir del hospital nos juntamos y grabamos unos audios para explicar nuestra experiencia. Fue terapéutico, pudimos distanciarnos, reflexionar e incluso reírnos de lo que vivimos adentro.

Al transcribir las grabaciones tenemos unas 40 páginas y quizá montemos una obra de teatro, del genero tragicómico. Pero aquí solo quiero hablar de las etiquetas. Evidentemente es contraproducente llamar a alguien con un trastorno mental “loco” o “chiflado”. Y dentro del Hotel Martorell las enfermeras nos dijeron que estaba prohibido poner motes a nadie. Pero todos teníamos apodos. Por ejemplo, a la gente más medicada del pasillo, donde pasábamos la mayor parte del tiempo, la llamamos “los Walking Dead”. Y era inevitable llamar a “Mario Bros” el hombre que siempre llevaba la camiseta de los Mario Brothers.

Y “la London” siempre nos decía que estábamos en Londres. Llevaba un pijama del hospital tan apretado que en cualquier momento los botones se le iban a saltar. Oye, que a nosotros cuando entramos ahí al Hotel Martorell, nos revisaron y nos quitaron todo lo que era peligroso, como por ejemplo cordones, cortaúñas, cosas así que ellos consideraban peligrosos. Pero “la London” estaba con esa camiseta que en cualquier momento nos arranca un ojo. Tuvimos que avisar a las enfermeras porque nos pareció que llevaba un arma letal.

Y después había “la Jackson Five”, porque ella lleva un tatuaje muy mal hecho que representaba una familia que llevaban unas pelucas enormes tipo afro.

Y también había un Marroquí que llamamos “Alcatraz” que acuñamos de la frase “la fuga hacia atrás”. Un día estábamos sentadas en un banco, tranquilas fumando y hablando y de repente nos giramos y vimos como la rama del árbol se movía, y caían hojitas. Justo después cayó una chancla. Y de repente vimos al señor Marroquí intentando saltar la valla, y en aquel tiempo lo oyeron las enfermeras. Así que vinieron y lo empezaron a estirar de la pierna. Después lo volvió a intentar, la fuga hacia atrás, “el Alcatraz”.

Otro día estábamos en el pasillo muy aburridas. Y decidimos disfrazar a un paciente que tenía el pelo muy largo rizado y llevaba unas coletas. Cogimos una mascarilla, la cortamos y la pintamos con un rotulador negro y le hicimos un parche de pirata. Se lo pusimos, junto con un gorro que hice con papel de periódico. A continuación le di una botella de agua forrada de papel de periódico como si fuera ron y lo disfrazamos de “el Pirata del Caribe”. Era nuestro Pirata del Caribe y nos defendía de todo el mundo. Decía “si alguien os hace algo, me lo decís”.

Otro paciente era un chico jovencito de unos 20 años que llamamos “El Escape Room”. Y como la mayoría de los que estábamos ahí, iba muy medicado. Creía que para sus cumpleaños sus padres le habia regalado un Escape Room. Y tenia que encontrar la salida.

Y al final yo conseguí mi propio apodo. En los 3 meses que estuve en el Hotel Martorell me vio una solo vez el psiquiatra y me puso la etiqueta “inadaptada”. No creo que salga en El Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, pero ya tenía mi mote, “La Inadaptada”. Sabéis que, me lo quedo.

Firmado: La Inadaptada

martes, 2 de abril de 2024

Un rodaje de pesadillas

 

Durante el bochornoso verano del 2003 trabajé como actor en el rodaje de la película de terror psicológico El Maquinista, una pesadilla dirigida por Brad Anderson y cuyo protagonista, Christian Bale había perdido 28 kilos para meterse en la piel de su personaje, un obrero que hace un año que no duerme. La localización fue una antigua fábrica enfrente de las tres chimeneas de Sant Adriá de Besós en Barcelona, al lado de las vías del tren.

Compartí algunas escenas con el Sr. Bale, ya que interpreté el supervisor de su personaje en la película. La primera vez que le vi  me senté a su lado dentro de una roulotte mientras nos maquillaban para una escena. Me parecía un esqueleto viviente. No dijo ni pío. Estaba guardando toda la energía que le quedaba para hacer su papel. Con el diálogo inscrito en su mente, se mantenía apartado del resto de los actores. Por respeto, nadie le hablaba. Actor del “método”, comenzó a padecer de insomnio al igual que su personaje. En una entrevista posterior, el actor declaró que "no tenía más remedio que estar 24 horas en la piel de mi personaje. Cuando llegaba a casa y me miraba en el espejo, era a él a quien veía."

En la escena que rodamos aquella noche le pido una muestra de orina y le digo que tiene aspecto de “mierda caliente”.

Estuve 3 días rodando de noche en la vieja fábrica. También compartí una escena con Michael Ironside, veterano actor protagonista de docenas de películas (Desafío total, Tormenta perfecta, etc.), un tipo grande y rudo con la cara marcada, y una voz de Harley Davidson. En El Maquinista el personaje de Michael pierde un brazo en un accidente espeluznante provocado por el personaje de Christian.

Esperando en la zona de actores entre las roulotte, recordé mis propios días de obrero tornero cuando trabajé en una fábrica con el mismo ruido, las mismas claraboyas agrietadas y ennegrecidas, el mismo suelo de taller lleno de aceite acumulado... y como un amigo mío perdió la mano en un accidente laboral; la película era un inquietante recordatorio de mi propio purgatorio del turno de noche.

Una madrugada, aislados entre las caravanas de producción, un pequeño grupo de actores sentados en sillas plegables escuchábamos embrujados a Michael Ironside contar la pesadilla de su primera visita a España para promocionar una película de culto de David Cronenberg, Scanners, que él mismo protagonizó. Scanners es una película de terror con cabezas que explotan. 10 segundos: comienza el dolor. 15 segundos: no puedes respirar. 20 segundos: explotas. Explicó que para hacer la película había salido de una borrachera de cuatro años. Se mantuvo sobrio y después tuvo que hacer el viaje promocional a Madrid solo (su primer viaje fuera de su Canadá natal) mientras Cronenberg hacía lo mismo en París. Michael llegó agotado, con jetlag, al Hotel Conde Duque y le alojaron en la habitación 502, donde se metió en la cama y se quedó profundamente dormido.

Pero enseguida su sueño se vio perturbado por una terrible pesadilla. A los pies de su cama, un hombre gritaba y le amenazaba con una botella de vino. Michael se despertó, fue al lavabo, se salpicó la cara con agua y consiguió volverse a dormir. Pero volvió a soñar con el hombre de la botella y ahora oía horribles gritos de niños. El hombre del sueño se sube a la cama por encima de él y le acerca la botella a la cara. Michael se despierta de repente, pero está tan reventado que al cabo de un rato consigue volverse a dormir. La pesadilla continúa: el hombre amenazador le mete la botella en la boca sofocándole y los terribles gritos de niños continúan. Esta vez Michael se levanta de la cama, abre las puertas del balcón y siente un fuerte impulso de saltar a la calle; agarrándose a la baranda, dice en voz alta "¡Necesito una copa!". Baja al bar vacío que está a punto de cerrar y pide un whisky. Después de tragarlo todo de un solo golpe, cuenta al barman su pesadilla. Al oír el número de la habitación, el barman se gira lentamente y le mira con cara de desazón. "¿502? Esa habitación está contaminada. Un hombre mató a su mujer metiéndole una botella por la garganta, después estranguló a sus dos hijos y luego se tiró por el balcón".

No estoy seguro si Michael nos contó la verdad o si estaba aprovechando el ambiente pavoroso del rodaje para intentar espantarnos con una mentira, una pesadilla inventada, pero de una cosa que sí estoy seguro, todo lo que te he contado es la pura verdad.

sábado, 21 de octubre de 2023

Manual de Lideratge Empresarial

 


Ficció sonora del grup de teatre radiofònic de Sant Pere de Riudebitlles.

Escolta episodi 2 aqui: https://youtu.be/RnBR9gIt8gY

El Manual de Lideratge Empresarial és una paròdia de 6 episodis sobre l'ampli i meravellós món dels negocis. Cada episodi se centra en una situació diferent on intervenen diversos personatges i temàtiques: una entrevista de feina, una conferència, la robòtica, la gestió hotelera, la renovació urbana, l'estat del benestar, la societat de vigilància, etc.

Episodi 1

L'entrevista

A les oficines principals de Gametech, Patricia Plasencia, una dona preparada d'uns 30 anys, busca faena i és entrevistada pel director, que li fa unes proves i  explica els grans reptes que te el seva empresa.

Episodi 2

Robòtica distòpia

La reportera itinerant de Ona Bitlles Actualitat emet en directe des de la conferència anual de la Confederació Nacional d'Organitzacions Empresarials, on el nou president presenta un convidat que ofereix una solució a tots els seus problemes: la robòtica.

Episodi 3

Hotel Management

Un autèntic embolic en un hotel de 5 estrelles situat al centre d'una gran ciutat, on hi intervenen el gerent de l'hotel, la recepcionista, un porter sense papers, un agent d'immigració, un parell d'amants, una vaga de cambreres, una baralla a cops i un suborn.

Episodi 4

El vol del voltor

Renovació urbana. L'alcalde Obezi visita el senyor Bobby Blackstone, un gran mag de les altes finances, al nou camp de golf d'aquest últim.. L'alcalde es mostra preocupat per les acusacions que han aparegut a la premsa del matí. Mentre Blackstone juga al golf i l'alcalde fa de caddie, els dos líders discuteixen el problema i acaben barallant-se a la gespa, la qual cosa porta a conseqüències tràgiques.

Episodi 5

L'Estat del Benestar

Un vent del desert aixeca un núvol de pols a les afores de Los Angeles on, en una benzinera, Bob Raley vestit amb uns texans gastats i una gorra de beisbol, entra a l'última cabina telefònica pública que queda dempeus a Califòrnia. Es fica a la butxaca per buscar les últimes monedes que li queden i fa una trucada a l'Assistència Pública...

Episodi 6

Minotaure

El senador Daft del Comitè de Seguretat Digital del Senat fa una visita a la misteriosa Corporació Minotaure, el fundador de la qual, Biel Zabu, no ha aparegut mai als mitjans. Poc se sap sobre l'estrany cervell d'aquesta empresa única. El senador passa per un laberint de controls de seguretat digitals i finalment es troba a la cambra interior del Minotaure, una cúpula geodèsica cavernosa, que allotja un gegantesc ordinador quàntic, un cilindre sagrat que penja sobre el seu cap. El que passa després és de ciència-ficció o de realisme brut?