es un refrán Sefardí en lengua ladina que significa "la fragilidad humana es como la tela de cebolla".
Con Tela de
sevoya Myriam Moscona, nos regala una especia de novela abierta contada por
un coro de voces, un azulejo de la psique lleno de humor agridulce y compuesto
por fragmentos. El libro une un diario de viaje, sueños e ensoñaciones (molino
de viento), hechos históricos (pisapapeles), narrativa autobiográfica (distancia de
foco), canciones y refranes ladinos (kantikas), con las voces que la autora
otorga a parientes y personajes del pasado (La cuarta pared).
La escritora mexicana de raíces búlgaro-sefardíes evoca
la melancolía de una lengua que languidece y una cultura que desvanece… Con
oficio sublime nos canta al oído inflexiones del sonido armonioso del ladino
con sus cariñosos diminutivos y entonación suave, cuyo territorio secreto está
perfumado de esencias desprendidas en su paso de 5 siglos por Bulgaria, Grecia,
Turquía, México…
Me fascina su arriesgada forma de explorar la
memoria en la frontera entre la ficción y no ficción, danzando sobre una cuerda
floja mientras despliega lenta y sensualmente su abanico. Conjura el
misterio de la vida y la muy mexicana alucinación de la muerte…
http://www.acantilado.es/catalogo/tela-de-sevoya-678.htm
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