miércoles, 23 de diciembre de 2015

El milagro de hablar


Esta semana estuve dirigiendo mi amigo y artista del mimo Carlos Martínez, ensayando piezas de su muy personal obra Mi Biblia para unos bolos que tiene en Suiza y Alemania y para una grabación de un nuevo DVD. Después del último ensayo me invitó a comer en un modesto restaurante indio en el barrio de Poble Nou, donde vive y ensaya.

En la comida me adelantó una anécdota que incluirá en su nuevo libro. Una vez representó una obra en Letonia, donde la semana antes de la actuación un maestro de escuela explicó a su clase de primaria que iban a ver un espectáculo de mimo. “¿Que es un mimo?” pregunta una joven de la clase. “Un actor que no habla,”  le responde su profe. Conque ella hace la idea que Carlos es mudo, que no puede hablar. Entonces la buena chica decide rezar cada noche antes de que venga para que hable.

La semana siguiente, al finalizar la obra, después de los aplausos, Carlos recurre a un ritual de quitarse los guantes blancos y quitar el maquillaje blanco de su cara con su pequeña toalla de color rojo. Sin la máscara del mimo Carlos se dirige al público y empieza a hablar. En aquel momento la chica echa a llorar de emoción pensando que Dios había oído sus oraciones.

De hecho es un milagro que tengamos voz y vocablo, que podamos abrir la boca y hablar. Y Carlos lo hace con la misma precisión, sentido de humor y humanidad que muestra en su silencioso arte de mimo; es un narrador nato.

Recomiendo su primer libro Desde el Camerino, reflexiones sobre el arte del mimo, anécdotas entre bambalinas y aforismos sobre el silencio:

El silencio es tan respetuoso que se calla tan pronto como alguien empieza a hablar.
www.carlosmartinez.es

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